La Estancita: lugar con historia dominicana

“La Estancita es un paraje escondido en las Sierras Chicas de Córdoba. En ella la naturaleza todavía reina en sus montañas cubiertas de vegetación autóctona de molles, cocos, talas, algunos algarrobos, piquillines y espinillos: tapizados por paja brava, peperina, santa lucía, verbena,…”[1]

“Está documentado que la Iglesia de La Estancita, comprada por los religiosos de la Orden  de los Dominicos, pertenecía a la Estancia Santa Bárbara. Por los datos obtenidos por el Padre Rubén González, y por el Padre Gerónimo Rodríguez, se sabe que el predio de aproximadamente 24 hectáreas junto con la capilla y la casa de descanso y retiro espiritual, fue comprada en junio de 1868 a Doña Martina Lazcano Vda. De Zapata…

Así fue, a esta área se la conocía como Estancia de los Dominicos y con el transcurrir del tiempo solamente se la va a llamar… La Estancita. El convento y la capilla de los dominicos han tenido un papel importante en la historia sociocultural de la zona.”[2]

La Villa Loreto

El sacerdote diocesano Padre Carlos Borello, (+1960) perteneciente a la Diócesis de San Francisco, se dedica, junto a un grupo de seminaristas,  a la construcción de una casa de descanso en un predio cercano a la casa de los frailes dominicos.

Luego de realizada la obra y completada con una pequeña capilla, erige una gruta en honor a Nuestra Señora de Loreto, quien es nombrada patrona del lugar y de la cual el solar lleva el nombre.

Con el transcurso de los años fallecido este sacerdote, por diversas causas familiares, la casa pasa a remate judicial.

Informadas las Hermanas Dominicas de este hecho, deciden presentarse para adquirirla.

El día 1 de junio de 1963 las Madres: Matilde Dávila (Priora General), Matilde Ferreira (Vicaria General), Vicenta Carballo  y Mercedes Rosa Fuentes asisten a dicho remate, comprando la propiedad por $ 760,000, entregándose el 10 % en el acto de la subasta como seña y a cuenta.[3]

El día 19 de octubre de 1963 el Señor Arzobispo de Córdoba Monseñor Castellano autoriza oficialmente la adquisición del solar, (las hermanas, debido a la incipiente fecha del remate, no pudieron solicitar  antes el permiso, como el derecho exigía en esos años)[4].

La casa, realizadas las refacciones necesarias, es bendecida e inaugurada el 16 de enero de 1964.[5] Fue puesta bajo la custodia de Nuestra Señora del Milagro, de la cual recibe su nombre y es quien la cuida y protege.

La Villa del Milagro es sinónimo de fraternidad y encuentro para todas las Hermanas Dominicas de San José- Cada año nos reúne en oración, vida fraterna, estudio, juegos y alegría.

Que el Señor siga bendiciendo este lugar, que Nuestra Madre Santísima del Rosario del Milagro siga guardando en su corazón a nuestra familia religiosa.

[1] Malanca, Ana María, Diorio, Gustavo: “La Estancia, un paisaje lleno de historia”, Ed. Imprecor, 2004, Córdoba- Pág.11.

[2] Ibíd- pág. 22-23-

[3] AGDSJ Libros de Actas Consejo General, Libro n° 4, Acta n° 482, del 4/06/1963-folio 30-

[4] AGDSJ Ibíd. Acta n° 488 del 19/10/1963-folio 40-

[5] AGDSJ  Capítulos Generales-  Carpeta Memorias de las Madres Generales- Memoria de la Madre Matilde Dávila-1962-1968-